lunes, 28 de abril de 2008

DIA DEL NIÑO


Aquel niño triste... de montes y bateyesaquel niño triste... que nunca tuvo reyesque durante las noches contaba las estrellasy después en sus sueños... soñaba con ellas.


Aquel niño triste vagando por caminospolvorientos, queriendo agarrar los gallos finosAhh... como se acuerda de aquellos buenos ratosaunque muchas veces andaba sin zapatos.


Cazando mariposas... ¡por los jardines!y con su jaula sólo cazando tomeguines.andando por veredas, sabánas y potrerosoyendo el melodioso cantar del sabanero.


Ohh... como recuerda las dulces mañanasviendo despertar la campiña cubanalo mismo en Enero que en Julio o en Mayosentir a lo lejos el cantar de los gallos.


Y después de la lluvia caminar por el fangodespués del aguacero a recoger los mangosOhh... mangos deliciosos, maduros y dulzonesigual que los jugosos y ricos marañones.


Y que sabroso era con arte y con mañaen el viejo trapiche exprimir una cañay ver como el gallo al cantar se empinabay a la gallina corriendo alcanzaba.


Aquel niño triste de rios y lagunasque soñaba despierto como alcanzar la lunaque a veces se perdía entre los yerbazalescaminando por los surcos de los cañaverales.


Aquel niño triste que jugaba conmigoporque yo era su único amigo.jugaba callado, tranquilo... sin riñacazando lagartijas por las cercas de piña.


Recogiendo las flores del campo silvestreasí era su vida... su vida campestreAsí era su vida... así se entreteníaporque de otras cosas, el nada sabía.


Jugando con semillas de los cacahuetesporque los reyes nunca le trajeron juguetesAquel niño triste de tan poco tamañoque abandonó la escuela a la edad de once años.


No porque quisiera dejar de estudiarsino porque tenía que ir a trabajartrabajaba muy duro en invierno o veranoy el machete le hacía llagas en sus manos.


Y aunque mucho tiempo ya hoy ha pasadosu triste niñez...aún no ha olvidadopues la lleva consigo por siempre grabadacomo lleva el soldado asida la espada.


Pero el tiempo como todas las cosas pasóy aquel niño triste con el tiempo crecióy ahora se encuentra a pesar de lo adversocontento y felíz escribiendo estos versos.


y así con esta historia termina este cuentode aquella... su niñez... una miñez opacaquizá recordando sus viejos instrumentos¡El arado, el machete... y la guataca.




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